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Sinopsis de Guerras del Opio. La Primera Guerra Por Droga
Enviado por Donanfer
Publicado el 2011-05-07 20:20:42
Libro Guerras del Opio. La Primera Guerra Por Droga


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El comercio con China era muy rentable, pero el Gobierno chino rechazaba cualquier influencia «bárbara». Los europeos buscaron otras formas de comerciar. En el siglo XVIII, la seda, el algodón, el té, la porcelana y los objetos esmaltados chinos eran sumamente apreciados en Europa, pero resultaban muy caros y escasos, además, esto significaba un gran esfuerzo para las ya apretadas finanzas europeas provocadas por las guerras napoleónicas. Los comerciantes de Portugal, Gran Bretaña, Italia y los Países Bajos intentaron ampliar el comercio con China. Pero los poderosos emperadores chinos, que controlaban cualquier contacto entre su pueblo y los extranjeros, no estaban interesados. El problema de los europeos era que tenían que pagar todos los productos en plata, ya que los comerciantes chinos no tenían permitido intercambiar productos extranjeros por artículos chinos. Además, los europeos sólo tenían permiso para comerciar en Cantón (Guangzhou), donde eran encerrados en las llamadas factorías (una especie de almacenes fortificados) y comerciaban a través de intermediarios chinos. Los europeos buscaron otras formas de comerciar. El opio era una droga que tradicionalmente se usaba masivamente (mezclado con tabaco) en China desde el siglo XV con fines medicinales; los europeos entablaron relaciones con los traficantes de droga chinos, a quienes vendían grandes cantidades de opio (5.000 barriles por año en la década de 1820) desde países como Birmania. A cambio recibían lujosos artículos chinos. China alcanzó su mayor extensión durante el reinado de Qianlong, extendiendo su poder a Asia Central y el Tibet. Quianlog 1711-1795) gobernó China durante sesenta años desde 1735. Fue un emperador-filósofo que fomentaba las artes, escribía poesía y fundaba bibliotecas. Los emperadores Qing no estaban interesados en desarrollar el comercio porque tenían urgentes asuntos internos que solucionar. Los impuestos eran elevados, la corrupción estaba creciendo y la población se desplazaba de un lugar a otro en busca de mejores oportunidades. Los Qing eran muy conservadores y testarudos. Como resultado de esta actitud, hubo protestas y levantamientos, organizados con frecuencia por sociedades secretas con ambiciones políticas. La secta del Loto Blanco provocó una rebelión campesina que duró de 1795 a 1804. El objetivo de esta guerra era debilitar el respeto del pueblo por la dinastía Qing. Los extranjeros (japoneses, rusos, tibetanos y otras minorías étnicas, así como los europeos en sus clípers y sus cañoneros) también acechaban las costas de China. Los emperadores Qing creían que China era el centro del mundo. Describían su país como «el Reino Medio, rodeado de bárbaros». Cuando un embajador británico, lord Macartney, viajó a Pekín (Beijing) en 1793, el emperador Qianlong se negó a tratar asuntos comerciales. Cuando en 1839 los chinos intentaron detener el comercio, los británicos les declararon la guerra. También el control del suministro mundial de té por parte de China estaba a punto de venirse abajo: durante la década de 1830, el inglés Robert Fortune robó varias plantas de té mientras viajaba por China; las llevó a la India y estableció allí plantaciones que competirían con las chinas. El Templo del Cielo fue reconstruido en 1751 durante el reinado de Qianlong. La inmensa sala de oración de madera estaba profusamente decorada y el tejado estaba cubierto con azulejos de cerámica azul. Situado en Pekín, es uno de los centros más visitados del país.Construído en 1420, fue usado por los emperadores Ming y Ching para ofrecer sacrificios al cielo pidiéndole abundantes cosechas. Su forma geométrica lo convierte en una de las obras más originales de la arquitectura china. Presidiendo la plaza de Tien An Men- cuya traducción literal significa "paz celestial" – la puerta del mismo nombre da entrada a la Ciudad Prohibida. Como en todoslos grandes edificios chinos, un retrato de Mao figura en primer plano Los comerciantes europeos utilizaron el adictivo poder del opio para establecer fuertes vínculos comerciales con China, que deseaba permanecer aislada de los extranjeros. Los chinos apenas habían tenido contacto con el resto del mundo durante siglos. Muchos comerciantes europeos estaban muy interesados en los productos chinos, sobre todo en las sedas y porcelanas, que tan populares en Europa. Sin embargo, el Gobierno chino sólo les autorizó a comerciar en un puerto, Cantón (Guangzhou), lo que le permitía controlar mejor las transacciones. Para solventar este problema, los comerciantes extranjeros comenzaron a introducir opio de contrabando en el país, de tal forma que los chinos se vieran obligados a intercambiar sus objetos preciosos por esta droga. El Gobierno chino intentó detener este tráfico y, en 1839, los oficiales chinos, bajo las órdenes del alto comisionado de Cantón, Lim Tse-hsu, visitaron los almacenes británicos, en donde encontraron y quemaron unas 20000 cajas de opio. Las estaciones comerciales extranjeras, o factorías, en Cantón (Guangzhou) eran los únicos lugares donde estaba permitido el comercio con China. Los ingleses se indignaron ante lo que consideraban una confiscación de propiedad privada y, como respuesta, enviaron barcos de guerra que amenazaron a los chinos y sitiaron el puerto. Los chinos se negaron a pagar una compensación, prohibieron el comercio con los ingleses y dispararon sobre las fuerzas británicas. De esta forma comenzó la primera guerra del Opio (1839-1842) entre chinos y británicos.
La guerra era desigual porque las fuerzas británicas eran muy superiores; bombardearon Cantón y arrebataron Hong Kong a los chinos. Al acabar la guerra, los británicos obligaron a los chinos a firmar el Tratado de Nankín (Nanjing), que abría los puertos de China a Gran Bretaña. China también tuvo que pagar una compensación y entregó la isla de Hong Kong a los británicos El mayor responsable del agresivo método que los británicos emplearon con los chinos fue el ministro de Asuntos Exteriores de la época, Henry Temple, tercer vizconde de Palmerston. Siempre estaba dispuesto a usar la fuerza en lo que consideraba la defensa de los intereses británicos en ultramar. En este y en los posteriores «tratados desiguales», los chinos se vieron obligados a ceder a las demandas europeas. Lo que realmente temían los chinos era que el comercio exterior acabara sometiendo a su país a la influencia extranjera. La esposa de un fumador de opio destruye públicamente la pipa de su marido. La venta de opio y su consumo habían estado prohibidos en China por orden del emperador desde comienzos del siglo XVIII. Los barcos, como este barco mercante inglés en el puerto de Lintin, en 1834, transportaban las enormes cantidades de opio que en esa época vendían los comerciantes europeo para poder comprar los valiosos artículos chinos. La isla de Hong Kong se convirtió en colonia británica en 1842. Pronto se transformó en un centro de comercio. En 1860, se agregó la península de Kowloon, y en 1898 los británicos firmaron un contrato de arrendamiento de noventa y nueve años por los llamados Nuevos Territorios. Los problemas, promovidos sobre todo por los ingleses, volvieron a surgir a mediados de la década de 1850 en la segunda guerra del Opio (1856-1860), de la que también salieron victoriosos los británicos, que forzaron a los chinos a otro tratado. El Tratado de Tientsin, firmado en 1858, obligaba a los chinos a abrir más puertos a los comerciantes europeos. Otros países, como Francia y Estados Unidos, firmaron a su vez otros «tratados desiguales», consiguiendo para sus ciudadanos derechos especiales y aumentando la influencia occidental en China. Comerciantes y misioneros impacientes entraron en seguida en el país. Durante las guerras del opio, a la marina inglesa, inmensamente superior, le resultó muy fácil hundir los inestables juncos chinos. Y La rebelión de los Taiping (1851-1864) fue aplastada por los líderes chinos con ayuda de las potencias extranjeras que querían, que continuara en el poder la dinastía Qing. Al mismo tiempo, el inmenso Imperio chino se desbarataba gradualmente. La dinastía Qing, que tenía el poder, se enfrentó con rebeliones promovidas por los campesinos hambrientos. La rebelión de los Taiping (1851-1864) comenzó con la pretensión de los habitantes de que la tierra se dividiera equitativamente entre el pueblo. Las potencias extranjeras ayudaron a sofocar la rebelión porque querían que la dinastía Qing continuara en el poder para que se siguieran respetando los tratados. Opio es un narcótico que procede de la desecación del jugo de las cápsulas verdes de la amapola del opio, Papaver somniferum. El opio crece principalmente en Turquía e India. La demanda mundial de opio es de unas 680 toneladas métricas al año, aunque muchas veces esta cantidad se distribuye de forma ilegal. Las moléculas de opiáceos tienen propiedades analgésicas similares a los compuestos llamados endorfinas o encefalinas producidas en el organismo. Con una estructura similar, las moléculas de opiáceos ocupan muchos de los receptores nerviosos de éstas y proporcionan el mismo efecto analgésico que el producido de forma natural en el organismo. Los opiáceos producen primero una sensación de placer y euforia, pero cuanto mayor es su empleo mayores son las cantidades que demanda el organismo para alcanzar el mismo estado de bienestar. Su retirada origina muchasalteraciones, por lo que los adictos mantienen su consumo con el fin de evitar los efectos adversos, más que de alcanzar el estado inicial de euforia. La malnutrición, las complicaciones respiratorias, y el descenso de la presión sanguínea son algunos de los trastornos asociados a la adicción. Hoy el opio se vende en la calle en forma de un polvo o un sólido marrón (café) oscuro, y se fuma, ingiere, o inyecta. Aunque el narcótico sintético metadona se ha utilizado para ofrecer a los adictos un medio de liberarse de los opiáceos, también crea adicción. La recuperación completa de la adicción a los opiáceos requiere años de rehabilitación social y psicológica.






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